EL ARTE DE ESCUCHAR
50 AÑOS APRENDIENDO A ESCUCHAR
Millones de llamadas han sido atendidas durante los 50 años que cumplirá el próximo mes de octubre el Teléfono de la Esperanza Internacional. Ninguna es igual a otra y, por otra parte, todas se parecen. Son de personas que sufren, que se sienten solas, que no saben a dónde acudir, que no cuentan con una oreja amiga que las escuche, que perciben en el invisible hilo que los une al Teléfono de la Esperanza una especie de cordón umbilical que los liga a la vida. El Teléfono, desde una respetuosa escucha activa, pretende ayudarles a reflotar las fortalezas de las que se creen huérfanos, ofrecerse como un modesto amplificador de los mensajes más limpios que nacen en las partes más sanas del propio yo. Porque sentirse escuchado es como recibir un voto de confianza, sentirse reconocido, aceptado, respetado. Y sólo en un contexto de esa naturaleza, puede el ser humano reconciliarse consigo mismo y encontrar destrezas que le permitan sanar sus heridas, desarrollar sus capacidades y crecer psíquica mente sano y emocionalmente feliz.